La Gran Comisión: Una Misión Imposible Sin el Espíritu Santo

Cristo nos envió a evangelizar… pero no nos dejó solos

Cuando Jesús resucitó, no se despidió de sus discípulos con palabras vacías.

 Les dejó un encargo, el más grande de todos:

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
(Mateo 28:19-20)

Esta es la misión que define a la iglesia
Es el propósito que atraviesa generaciones
Es el llamado de cada creyente

Pero seamos sinceros: cumplir este mandato no es algo que podamos hacer solos
No se trata solo de hablar, sino de formar discípulos
No basta con enseñar, hay que ver vidas transformadas
Y eso… solo lo puede hacer Dios

La promesa antes del envío

Antes de enviarlos al mundo, Jesús les hizo una promesa que lo cambia todo:

“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
(Hechos 1:8)

El mensaje está claro:
Primero viene el poder del Espíritu
Luego viene el testimonio

Sin el Espíritu, no hay testigos verdaderos
No hay fuego en nuestras palabras
No hay fruto que permanezca

La oración fue su primer paso

Después de escuchar a Jesús, los discípulos no salieron corriendo a predicar
Se detuvieron a hacer lo que sabían que tenían que hacer: orar

“Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.”
(Hechos 1:14)

No hubo predicación antes de Pentecostés
No hubo impacto antes de ser llenos
Y no hubo llenura sin oración

Todo empezó en el aposento alto, de rodillas

Evangelizar sin el Espíritu es predicar sin vida

Hoy en día muchos piensan que evangelizar es repartir folletos o repetir frases
Pero el verdadero evangelismo es mucho más profundo
Es algo sobrenatural

Es hablar con valor porque el Espíritu te impulsa
Es sentir compasión porque Él quebranta tu corazón
Es sembrar con fe porque Él es quien convence

Jesús mismo lo dijo:

“Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.”
(Juan 16:8)

Ni la lógica ni los argumentos cambian a una persona
Solo el Espíritu puede hacerlo

El Espíritu Santo: el corazón de la misión

El Espíritu Santo no es un detalle secundario
No es “algo extra” para los más espirituales
Él es el centro de todo

Él es quien:

“Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.”
(Hechos 13:2)

“Y una mujer llamada Lidia… estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.”
(Hechos 16:14)

“Cuando hubieron orado… todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.”
(Hechos 4:31)

“Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían.”
(Marcos 16:20)

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…”
(Gálatas 5:22-23)

Sin Él, la iglesia se vuelve una institución vacía
Una estructura bonita pero sin alma
Un mensaje sin poder

¿Queremos cumplir la Gran Comisión? Entonces dependamos del Espíritu

Si realmente queremos obedecer a Jesús, tenemos que hacer lo que hizo la iglesia primitiva
Depender del Espíritu en todo

“Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”
(Hechos 2:4)

“Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.”
(Hechos 4:31)

“Y ellos, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia…”
(Hechos 13:4)

No se trata de hacer lo que podamos
Se trata de hacer lo que Él quiere
Guiados, sostenidos y encendidos por el Espíritu Santo

Lo más importante no es solo ir… es ser llenos

Hoy en día hay muchas estrategias
Hay campañas, redes sociales, plataformas…
Pero si no tenemos al Espíritu, no tenemos nada

Jesús lo dijo sin rodeos:

“Separados de mí nada podéis hacer.”
(Juan 15:5)

La Gran Comisión no comienza con pasos en la calle
Comienza con rodillas dobladas
Con corazones quebrantados
Con dependencia absoluta

Porque el mundo no necesita más ruido
Necesita creyentes llenos del Espíritu Santo

 

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